martes, 6 de diciembre de 2011

"Voy a dedicarme a contemplar los pájaros"

Hace muy poco que conozco a Maribel. Maribel no es ni alta ni baja, aunque tiene una mirada que delata cariños, y una voz que se ondula entre la calma y la tormenta. Maribel va a prejubilarse en medio año. Quiere dedicarse, entonces, a contemplar los pájaros. Esa va a ser su gran meta. Ver el vuelo del halcón, el serpenteo aéreo de una golondrina o la cotidianidad de los gorriones de ciudad.

Me pregunto si hay algo más fructífero que esta tarea que nos regala el cielo. Maribel no quiere otras metas, otros menesteres ni ataduras. Eso es, el trino y el vuelo serán sus armas vitales que acompasará al júbilo de las horas abiertas, sin dueño.

Maribel escribe su propia intrahistoria en sus gestos, sus pequeños comentarios sobre su vida — la vida— sobre el arte de estar aquí, a pesar de todo.

Tuvo hijos, se divorció, aprendió un idioma europeo, vivió en otras ciudades y ahora quiere escribir un blog. Maribel se adapta a los tiempos. A ella le preocupa la vulgaridad y esas pequeñas cosas que hacen daño con solo mencionarlas. No le gusta que se queden las pegatinas de los precios en las suelas de los zapatos (y más si son de tacón), ni que las chicas se afeen con tanto maquillaje ni con prendas en exceso provocadoras. Ella —pienso— cree que la belleza y la sensualidad residen en la mirada. No es necesaria tanta alharaca para decir que estamos ahí y que queremos gustar y seducir. A Maribel, por lo tanto, le gusta el detalle, los mensajes en las botellas con palabras sencillas y verdaderas.

Maribel es el futuro. Un futuro prometedor. Mujeres como ella son las que han hecho posible que vivamos en un país democrático y libre. Y no solo eso, sino también en un país en el que hemos podido crecer con el estómago lleno y la piel aseada, los cielos abiertos a aves migratorias y el reloj en el bolsillo para hacer aquello que más nos gusta: soñar.

Ella, como tantas otras, es responsable de ese anhelo que ha sido el estado del bienestar. Según los diarios, está a punto de resquebrajarse. Los más jóvenes, si esto sigue así, no podremos dedicarnos a contemplar el delicado vuelo de las aves. O al menos, no tanto como quisiéramos. Vamos a ver qué pasa. Viviremos para contarlo, que diría el colombiano. Y si no, al menos para evadirnos como hizo El principito, aprovecharemos una migración de pájaros silvestres. Se lo debemos a Maribel.

3 comentarios:

  1. Esto es precioso. Da gusto leerte y te envidio por ello.

    Seguro que maribel ha sabido apreciarte muy bien.

    Me ha gustado mucho esa ilustración del principito al final.

    Un abrazo.

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  2. Tus palabras siempre me iluminan el dia, y imagino que sea igual para todos los otros que leen tus escritos. Me alegro mucho que el cielo espanol ha sido abierto a esta ave migratoria, je je. Maribel es la petite princesse...Danielle

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  3. ...y tu eres el que arruyas mis noches con dulces palabras al oído, mas si no fuera por mí ¿dónde estarías?...

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