domingo, 22 de octubre de 2017

Retazos de pasado: DOCERE ET DELECTARE


De ustedes recuerdo su sonrisa. Aprendimos a jugar y a divertirnos con las palabras y la magia de compartir mundos en común. Caminamos al lado de Eduardo Galeano, que tanto nos enseñó a todos; vivimos la paz y nos dejamos rozar por golondrinas tan altas como los sueños que tiene un adolescente.
Recuerdo, cuando ya las clases estaban terminando, que entre bromas y veras les firmé a algunos de ustedes sus zapatillas. Además les puse frases que se me ocurrieron en ese momento, como por ejemplo: “Pies para que os quiero, si tengo alas para volar”. Frida Kahlo también nos acompañó ese curso. Frida y su cama, Frida y sus huesos, Frida y su dolor.
Un día, al llegar a clase,  me resultó bastante curioso, me pidieron que por favor no hablara de la muerte. Estábamos estudiando a Jorge Manrique y sus coplas: Tempus fugit, Ubi sunt?, “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar/ que es el morir…”. Me quedé pensativo. ¿Es cierto que hablo tanto de la muerte? La literatura habla de los temas más trascendentales del ser humano: el amor, la esperanza, la muerte, el silencio, la injusticia, el miedo, la libertad. Así les justifiqué yo lo que es el morir. Pero no solo eso, también les recordé que ustedes tienen toda la vida por delante, con la emoción contenida de un vendaval, con la emoción de un libro aún por estrenar.
Porque quería convencerles, persuadirles, de que no todo es el placer instantáneo que nos venden en nuestro incipiente siglo. Si nos acomodamos en el placer gratuito nos nublará el juicio y el pensamiento. No hay cima más alta que la libertad de ser libres para poder elegir. Y si no sois libres de pensamiento, que no es lo mismo que libertad de expresión, no podréis caminar al lado del Principito, de Frida, de las Golondrinas y de los versos de Galeano.
Por eso, vuelen. Alto, libres y lejos, muy lejos.
Os echo de menos. 
Juan Carlos


Fue titánico remodelar este espacio del centro. Con tesón y perseverancia lo conseguí, lo conseguimos.

Alfombra para pensar. Llegar a la idea, al concepto. Un espacio que antes servía para guardar cosas inútiles ahora se ha transformado en magia, fantasía.
Iniciando el encuentro. Lecturas, debates... Espacio creado para la comunicación.
Uno de los mejores grupos que tuve la suerte de enseñar. Que tuve la suerte de aprender.