Espera
III
Así como el campesino espera la lluvia de abril
y el panadero el olor de la harina fermentada,
el artista espera su oficio algunas veces. − Tal vez
sea mejor apuntar: siempre, siempre espera.
Por eso no encuentra una habitación para llorar,
sencillamente porque no existe.
Mas a pesar de todo
llegará otro tiempo distinto
en el que se confundan las algas y las mareas,
el trigo y la tierra,
las manos y el cemento.
A pesar de todo
ha estado bien la vida,
haberla vivido a manos llenas,
qué más quisieran muchos,
haberla bebido a grandes sorbos,
qué alegría la ebriedad,
haberla sentido a corazón abierto,
qué desazón maravillosa el amor.
A pesar de todo,
la espera es la misma vida,
y desde luego,
merece la pena haber sido,
ser
esa hora tan breve.
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