jueves, 21 de julio de 2011

El Charco de los Pobres I

    
En la anterior entrada asistíamos a la unión entre el hombre y el paisaje a través de una poética 
 mágica y optimista. En este caso seguimos en la isla de Tenerife, en un lugar ciertamente hermoso y cautivador. Este es el conocido como El Charco de los Pobres o Charco de la Laja, en Bajamar (La Laguna). Es un rincón de esta isla acogedor y con unas vistas privilegiadas tanto al mar como a los montes de Anaga. Nos encontramos con plataneras, humildes y exóticas, tabaibas, tarajales, siemprevivas y gente que baja a un charco natural formado por el azar de la lava volcánica. Esa gente que baja va allí a desanclarse de las preocupaciones, a sentir la naturaleza, la sal, la majestuosidad de una isla erosionada a través de los siglos. Muchos prefieren nadar desnudos y sentirse libres; otros sencillamente leen acurrucados entre las rocas. Es, debería  ser, un paraíso en este archipiélago azotado por los alisios. Lo llaman el Charco de los Pobres en su contrapunto con el Club Náutico de Bajamar, donde solo pueden acceder aquellos que pueden permitírselo. Así reza una pintada en una roca cuando bajas al charquito. Me gusta esa sencillez con la que nombran al lugar.
La vida, a pesar de todo, brota
    
 Mi cámara fotográfica ha dejado presencia de esta belleza del entorno. Lo he espigado en la forma que veis. Un templo de paz y armonía. Pero –reitero- es solo una forma de mirar, un truco con el que engaño los sentidos. Más tarde lo iréis entendiendo. De momento, compartamos este momento.

 
Delicadas siemprevivas

 

1 comentario:

  1. El nombre " charco de los pobres" está puesto desde el club náutico ,,,,y denota lo que denota,,,,para los de la zona eso es el charco de la laja.

    ResponderEliminar

Deja aquí tu comentario